Presionan a Banksy para revelar su identidad

Hemos pasado ya varios años de debate sobre las intervenciones en el espacio público, el valor en el mercado de la obra artística e incluso cuestiones estéticas, éticas y de contenido de la obra de Banksy. Se hicieron libros (Banksy Captured, Wall and Piece, Wall and Piece por ejemplo), artículos, documentales (Wall and Piece, Dismaland, Graffiti Wars Robbo vs Banksy, entre otros) y un montón de entrevistas.

De lo que aún no tenemos certeza es de la identidad de este mítico personaje moderno. Se ha dicho que no se trata de una sola persona, sino de un colectivo organizado. Incluso salió a la luz la teoría muy bien fundamentada de que Robert Del Naja (vocalista de Massive Attack) es en realidad el artista. Las aguas se calmaron en torno al tema durante varios años, en todo el mundo aceptaron la segunda posibilidad que mencionamos y no se hizo mucha indagación posterior.

Sin embargo, el foco mediático vuelve a enfocarlo y ésta vez la investigación es más seria. La compañía Full Color Black, que se dedica a la impresión y comercio de tarjetas de regalo, acaba de ganar los derechos para hacer uso en su mercancía de una de las obras más representativas de Banksy: el “flower thrower“.

Luego de dos años en los que el artista y su abogado pelearon legalmente la propiedad intelectual de dicho material, el dictamen por parte de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea no les favoreció en el resultado del caso.

Resulta que inicialmente Banksy obtuvo en 2014 la marca registrada de la Unión Europea por la autoría del flower thrower. ¿Y en qué momento la empresa de tarjetas tomó ventaja? Iniciaron el alegato bajo el argumento de que ”la marca registrada fue obtenida de mala fe”, pues el artista no tenía la intención de utilizarla en la venta de bienes o servicios.

Las autoridades en cuestión, desde la Oficina de Propiedad Intelectual, coincidieron con los argumentos e hicieron énfasis en que el factor más influyente en contra del muralista es su anonimato, dado que no pueden comprobar ni la identidad ni la autenticidad de la realización de piezas por Banksy.

Con ello se sienta un precedente que puede seguir afectando al artista visual. La resolución da pie a que la propiedad intelectual de toda su obra vaya quedando en manos de terceros para ser explotada económicamente. ¿Su decisión será firme al no revelar su identidad o se verá obligado a mostrarse al mundo?